De sabor insípido,
de tacto frío,
de estancia fugaz,
así fue tu último beso.
Una saliba amarga
recorriendo toda mi boca,
una llama en mi garganta,
desgarradora hasta el vientre.
Miles de agujas clavadas.
Dolor sobre dolor.
A otros besos he acudido
cuando olvidaba tu nombre,
cuando albergaba esperanzas.
Dulces ... ante lo acerbo.
Ardientes ... ante la apatía.
Infinitos ... y yo perecedero.
La plenitud del silencio callado.
Cuanto más largos en la noche,
más cruel el recuerdo al amanecer.