La vida parece un juego, miserables sentidos,
parece pasarte de largo condenada al olvido
y sigues en pie sufriendo el aire de un destino,
aparecen los sueños perdidos y medio dormidos,
impotentes miradas al cuerpo que sangra dolorido.
Dicen que algo empieza si algo termina.
Callada y arrinconada no sabes de lágrimas,
nadie te enseñó cargar el dolor a pasar página,
duele tu sombra con miles de heridas
que sin querer ni saber tu misma castigas,
acepta el consuelo de un abrazo y grita.
No llores mi niña hoy termina.
Acompañaré tus pasos si quieres andarlos,
antes de ti fui aprendiz un día sentenciado
necesité compañía y te ofrezco mi mano,
mi pecho, mi hombro y darte descanso,
una voz que calme la tuya, un nuevo retrato.
No estás sola no llores mi niña.