Se mezclan sin querer,
bravuconas todas ellas,
las felices y las más tristes.
Siguen el mismo destino
pero se visten de enemistad
entre envidias y odios.
Mala coincidencia la suya
que por no entenderse
no sabrán de su fuerza unidas.
Ay !!! Las lagrimas...
1 comentario:
Mescladas no se enteran jamás, pero hay momentos a solas.
Saludos
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