Apareces de la nada,
de tu propia nada,
vacía y plena.
Apocalíptica,
apareces entre soledades,
dolores que escarnian los duelos.
Rejuveneces mermada,
es el zenit de tu piel,
resurges más bella,
más viva.
Muestras toda tu fuerza,
la que me conquista,
la belleza que todo lo enmascara,
las lágrimas calladas,
mañanas agrietadas.
Tiendes la mano,
sonries.
Valiente ante las respuestas,
creadora de verdades.
Tu respeto se muestra delicado
y tu figura el tesón.
Esta es tu vida,
la que me enamora,
y nuestra fragancia.
2 comentarios:
Me encantó, parecía que me lo decías a mi, ja ja ja. Lo que hace un buen poema. Gracias.
Cuanta admiración se respira por estos lares...
Preciso.
Un abrazo.
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