No era un atardecer cualquiera, era el atardecer de la vida
deambulando por los desiertos de tus sombras.
Dibujaba sombras sobre la arena cerca de las olas
sombras de un cercano mañana.
Difuminando entre arrecifes tantos secretos que él guardaba.
Historia épicas donde los amantes eran cautivos.
Presos de un amor consciente, un amor eterno,
un amor prohibido... un amor sagrado.
Secreto guardado por los dos hecho prenda,
y vivirlo así a ciegas del mundo.
Rincones del alma plenos, umbral de la puerta al cielo,
jardín de una esencia pintada de sueños.
Así se declaran sus limpios deseos.
Pureza cristalina,
transparencia de sentimientos,
entregados antes del ocaso.
Vida en uno por que así lo quisieron,
el todo por el todo, la luz hecha misterio...
... y la noche su mayor secreto.
Mariangeles Ibernón & Antoni Barnil
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5 comentarios:
Un beso :)
Mi beso...
Que amor más bonito!!!
un poema precioso, enhorabuena a los dos.
Un abrazo grande,
Eva.
Un amor que pertenece a tantos y a nadie.... ese amor que vive entre dos neblinas, y así sea un amor escondido, es un amor y como amor, merece respeto... pero tal vez no venia. Que bello, me llegó al alma!!!
Un amor que va más allá de las fronteras de lo prohibido, intenso y seguro.
Una bonita entrada!!
Cariños..
Creo que solo hay una palabra:
Definitivo
Gracias a los dos por sus belleas composiciones
Mi siempre abrazo
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