Imaginarte

Lo primero fue imaginarte,
idealizarte y creer en las utopías.
Saber de ti rompió el guión,
ahora ya no bastaba con soñar.
Debía despertar, salir en tu busca.
Esperar tu respuesta.
Resultó que nos esperábamos
o nos intuíamos... ya éramos?
Ahora no buscamos respuestas,
somos y nos es suficiente.
Devenimos constantes en descubrir
el tu y el mi en el nosotros,
con las reservas de lo que es nuevo,
respetando los tempos,
aprendiendo sensaciones,
sincerando silencios y miradas,
desnudando sentimientos,
al calor de nuestras presencias...

Cada día una sorpresa nueva,
así de afortunados somos,
impacientes en el todo merece,
todo merece su espacio,
un espacio en el tiempo,
tiempo que nos pertenece.

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